El amor es un hecho sumamente curioso en el ser humano, ya que va más allá de toda necesidad fisiológica. Es un añadido, posiblemente universal, pero enteramente cultural, con muchas diferencias. Provoca grandes cimas de felicidad, pero también abismos lóbregos, de esos que resquebrajan el interior. Pero no sólo es importante vivirlo, en toda su complejidad, sino apartarse un momento y poder pensarlo. Eso puede dar grandes ventajas. Por eso aquí te mostramos imágenes y frases para reflexionar sobre el amor.
Imágenes con pensamientos de amor
El amor puede ser pensado a riesgo de no enfriarlo excesivamente. Quien piensa demasiado actúa poco y ya sabemos que esto último es vital en estas cuestiones. Pero pensemos, que tiene seguramente sus bonanzas hacerlo.
Porque pensar es no caer en el mismo pozo una y otra vez, no cometer errores análogos y también, por qué no, coadyuvar para lo bueno, siempre.
Las modificaciones siempre implican dolores, miedos; los quiebres nos hacen tambalear. Pero hay que afrontarlos, obviamente. Y todo eso sobre todo si queremos cambiar lo que nos rodea, siempre para bien. Somos perfectibles; podemos progresar sin cesar hacia lo mejor.
El amor es una emoción muy fuerte, que puede ser fugaz o durar ¿La cotidianeidad mata? Es una decisión que mate, porque siempre se puede buscar soluciones a la rutina, a esa alimaña que mata cualquier mirara auroral llamada naturalización.
La vida está llena de claros y oscuros. Pero si hay felicidad sabemos que es gracias a la tristeza; funcionamos con esos hermosos contrastes. Si viviéramos de vacaciones no saborearíamos el ocio. Lo mismo sucede con la alegría ¿Cómo no medirla si no es con lo infausto, lo pesaroso y cuestiones similares? Los oscuros, ergo, se necesitan.
Cuando estamos dispuestos a la abnegación más absoluta, cuando nos damos cuenta que podemos otorgar sin pedir nada a cambio y la felicidad, de todos modos, no posee reserva alguna, es que estamos completamente enamorados. Un auténtico milagro, porque sabemos en lo más íntimo que nos hemos convertido en mejores seres.
El amor nos hace estallar y siempre debe ser digno de admiración, alegría y cuestiones similares.
Las noches son momentos de raciocionio, donde el ave de Minerva toma vuela y no para más. Nos volvemos increíblemente líricos; las cuestiones más sustanciales salen a flote siempre. Sí, entre ellas el amor, naturalmente.
Estaremos del modo que decidamos. Y no está mal usar ese nosotros incluso, porque, en definitiva, el amor se hace entre dos. Cualquier imposición tiene fecha de defunción repentina, súbita y a la larga nos damos cuenta el motivo por el que no funcionó: no era de a dos.
Aprendamos siempre de los errores y permitamos tener un flamante amor. Que el fracaso no sea un cierre definitivo, que el temor a fallar no nos deje afuera de todo; siempre se puede apostar nuevamente por el amor.
No hay vueltas: si queremos que el amor sea potente, tiene que ser duradero. Ahora bien: si queremos que sea duradero, tenemos que volvernos luchadores implacables frente a la rutina y avizorar cualquier dilema que surja. Asimismo, debemos responder de manera expedita a múltiples problemáticas que se susciten.
Pero cuando hay amor no hay miedos. Se sabe que con la unión cualquier escollo languidece.
El amor, en última instancia, siempre es una cuestión de ganas.
El amor no es cortar las alas; solo puede ser libertad para volar unidos.
El amor sirve para sentir que el otro es irreemplazable. Sí, en la vida hay personas que pasan como cometas; pero otros son vendavales que llevan todo y dejan enormes marcas.