La amistad no es un sentimiento más cuando realmente tiene asidero en nuestra vida. Hay que cuidar de ella, porque en un mundo de egoísmos el abrazo fraternal que proporciona puede ser sustancial. En definitiva, ante la vida muchas veces lo que queremos es guarecernos, cobijarnos en un otro en el que podamos confiar. Aquí queremos realizar una auténtica loa a la amistad por eso te presentamos mensajes para un amigo o amiga sinceros y profundos.
Mensajes para un amigo profundos para descargar
¿Qué le dirías a tu amigo de toda tu vida o de cierto fragmento de tu existencia? ¿Ocultarías alguna cuestión? ¿Serías serio, alegre, tierno? Acá te damos una ayuda para que te decidas.
Agradecer siempre los que nos dan. Ellos, atentos a nuestras palabras, pero más conocedores de cada uno de nuestros silencios.
Nunca nos guardemos nada a la hora de indicar lo cuánto que queremos al otro. Es una tontería dejar estas cuestiones libradas al azar. Mejor ser directos, como la mejor espada.
Y respecto a ser directos, lo mismo corre para cuando tengamos que aclarar algo que no gusta. La traición y la amistad tienen que ser contradicciones en sus términos.
Amistad, una palabra y siete letras. Pero esa es la magia de los vocablos; detrás de su sencillez y economía particular hay un mundo entero de vivencias, sensaciones y experiencias.
Imperativo categórico de la amistad: ser transparentes, no tener arcanos y si existen secretos que no afecten en lo más mínimo al querido amigo.
Hay personas que nos dan esperanzas de un mundo mejor; hay personas que realmente nos convierten en mejores seres. Así de mágicas son las cosas en la amistad.
Gracias por tanto y perdón, tal vez, por tan poco. Aunque eso solo queda en el fuero íntimo de cada uno.
La amistad es algo tan complejo que todo intento de definirla ya es una abrumadora reducción. No hay forma de realizar ello: lo importante es vivirla, apreciarla, amarla y cuidarla.
Lo que se cuida es lo que no se da por descontado, lo que puede erosionarse o perderse. La amistad necesita de seres trabajadores, quienes la cuiden como la flor más preciada del jardín.
No sabemos a ciencia cierta si hay vida después de la muerte o todo se reduce a la misma nada. Sea como sea, la amistad no medra en nada; es lo mejor que nos vamos a llevar en esta vida.
La amistad es tan hermosa y brillante como un absoluto ¿Acaso si le añadimos una unidad al infinito cambie algo? No, seguirá siendo eso, un infinito. A la amistad, cuando es genuina y verdadera, nada se le puede agregar.
Si la vida son momentos, mejor que sean compartidos.
En la vida no hay ámbito en el que importe tan poco el cálculo o la economía como en el mundo de las risas.
Nos enseñan, nos advierten, nos escuchan, nos empujan y nos apoyan ¿Necesitamos algo más? Seguramente que no. Lo que sí hay algo claro: la amistad se la debe cuidar.
Mejor volverse loco gregariamente que ser un monje en el desierto.
En la vida hay personas cuya palabra es más sustantiva por el solo hecho del papel que ocupan.
Y siempre pensar que la amistad nos dará mejores cosas.
Falsa contradicción: pensar que ser ambicioso es lo mismo que anhelas más en ciertas cosas. Lo primero es enfermo; los segundo hedonista.
La vida son momentos. Hay lóbregos y también muy felices. Naturalmente nos gustaría que proliferasen siempre los primeros; pero lo importante, más allá de las angustias, es que ellos siempre están. Un amigo es la figura repetida.
